Les foces de Ruayer: un monumento geológico en aller
Son el punto de partida de una de las rutas de senderismo más conocidas del concejo de Aller. La ruta que une las foces del Río Pino con las de Ruayer. Sin embargo, hoy nos detendremos a contemplar uno de los monumentos naturales más importantes del concejo de Aller y es que las foces de Ruayer son uno de los puntos de interés más conocidos del concejo. Ubicadas casi a mitad de camino entre la población de Ruayer y Casomera. Son en si mismas el resultado de la erosión kárstica del río Aller. Que durante miles de años y hasta el día de hoy, excava la roca, tallando el camino hacia el valle en su incesante discurrir. En la antigüedad constituían uno de los pasos más prácticos para acceder desde Ruayer a Casomera. Y por consiguiente a ciertos servicios que la pequeña aldea de Ruayer no tenía como médico, productos alimenticios y diversos enseres y herramientas. Si bien la población de Ruayer era relativamente independiente. Precisaba de su comunicación con la próxima Casomera para obtener estos servicios. Ya que de lo contrario no podría subsistir. Este paso era, como decíamos, el más práctico, aunque existen al menos dos más, que serpentean por las laderas de las montañas que la forman y que eran utilizadas en invierno. Cuando los aludes impedían el paso por las foces haciéndolas no sólo intransitables sino muy peligrosas para el viandante. Por ello durante esta época, los caminos que bordean esta impresionante estructura eran los más utilizados. Y con este breve repaso de la historia del paso de montaña más famoso del concejo de Aller. Pasaremos a contaros nuestra ruta por las foces de Ruayer. Te podría interesar…. Un paseo por las Foces de Ruayer. La ruta en si no reviste ninguna dificultad. Nuestra intención era hacerla caminando desde la localidad de Casomera. Como decíamos, el núcleo de población más grande de la zona. Aquí contamos con un pequeño bar, El Chigrín de Casomera. Donde por un módico precio podréis degustar algunas de las delicias de la mítica cocina allerana. Ya que sin ser un restaurante propiamente dicho, si que ofrecen algunas tapas y platos rápidos. Justo al lado del pequeño bar, encontraremos un supermercado. Donde podremos pertrecharnos con todo tipo de productos básicos. Incluso podemos hacer una pequeña compra de carne de muchísima calidad, ya que el supermercado cuenta con ganadería propia criada en la zona. Partimos pues de Casomera, en dirección a Ruayer. Siguiendo la carretera en sentido ascendente, llegamos a un puente que nos permitirá cruzar el río Aller. Algo que ya no volveremos a hacer hasta llegar a las foces. Powered by Wikiloc El camino, como podéis ver en el mapa, es muy liviano. Se trata de unos 5 kilómetros desde Casomera hasta las foces y es asfaltado. Así que podremos hacerlo con carritos o sillas de ruedas sin ningún problema. La carretera no tiene mucho tráfico. Salvo en los meses de verano ya que muchos ganaderos la utilizan como vía de comunicación con el puerto de Vegarada, del que os hablamos en este artículo. Una antigua estación eléctrica. A los pocos metros de dejar Casomera atrás, nos encontramos una bifurcación que nos lleva, según el cartel, a Villar. Una pequeña población que cuenta con uno de los prados más extensos del concejo, que para mayor fortuna de sus dueños es casi horizontal. Se llama «El Pelmu» o «El Permu» y cuenta con su propia leyenda. Según la cual un antiguo señor tenía allí su propio castillo. En la actualidad no existe ninguna evidencia de ninguna construcción. Pero contemplar la extensión del prado en otoño o en primavera cuando se salpica de flores de montaña. Merece mucho la pena. Además es un perfecto observatorio en los meses de la berrea. Donde los venados, ocupados en sus quehaceres, dejan a un lado su timidez para mostrarse en todo su esplendor. Dejaremos la visita a Villar y su Pelmu, más adelante. Hoy continuamos el camino hacia les Foces de Ruayer. Seguimos una carretera bien asfaltada sin apenas tráfico, a pesar de ser verano. Disfrutando de un paisaje típicamente asturiano: verdes prados rodeados de frondosos bosques de castaños, robles y hayas. A cualquier lado que mires, se aprecia la riqueza forestal del alto Aller. El camino se hace corto y nos llegamos a otra población: La Paraya, donde se encuentra una central eléctrica que lleva dando servicio a toda la zona desde principios del siglo pasado. Sin embargo, no es este el único interés de La Paraya. En nuestro camino a las foces de Ruayer. Encontramos en este pequeño pueblo típicamente asturiano un antiguo molino de agua. Cuya visita además de pintoresca, es completamente gratuita. Ya que desgraciadamente se encuentra en ruinas y no está mantenido. Sin embargo si que se puede acceder a el y ver de primera mano las presas y el mecanismo que hacía funcionar el molino. Llegada a las Foces de Ruayer Dejamos La Paraya atrás y continuamos nuestro camino siguiendo la señal indicadora en dirección a la población de Ruayer. Esta población recibe su nombre de la contracción de dos palabras: Rio y Aller en Bable. Seguimos la carretera continuando el verde paisaje y al poco, ya podemos divisar la entrada de las Foces de Ruayer. Algunos de nosotros, grandes fans de la literatura de Tolkien, se nos antoja la entrada de algún reino fantástico. Y es que desde la lejanía ya se ve una enorme grieta en la roca, cubierta de ese manto verde que en Asturias nunca se acaba. La carretera tiene buen piso. A pesar de que no cuenta con arcén ni a la derecha ni a la izquierda tiene el ancho suficiente para que se crucen todo tipo de vehículos, desde coches de tamaño medio a grandes todo terrenos. Por fin, entre vuelta y revuelta. Llegamos a les Foces de Ruayer. En la entrada se nos advierte de que el pastoreo no está permitido en la zona. Algo lógico teniendo en cuenta que tanto los perros
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