La cascada de Xurbéu: la tierra media en un rincón de aller
La cascada de Xurbéu es uno de esos enclaves repartidos por todo el Concejo de Aller, que parecen sacados de una novela de Tolkien. A medio camino entre las historias de xanas y los hobbits de Tolkien. Este rincón ofrece al visitante, además del obvio espectáculo natural de una formidable caída de agua, un rincón donde dejar volar su imaginación. La ruta de la cascada de Xurbéu es muy sencilla. En general no es exigente ni por tiempo ni por pendiente. Pero si requerirá cierto esfuerzo a personas muy mayores o con poca movilidad. Estas últimas podrán acceder únicamente a parte del recorrido. Ya que encontraremos dos pendientes, una a la ida y otra a la vuelta que se hacen muy complicadas sin toda nuestra movilidad. Te podría interesar…. Tampoco se recomienda el acceso en bicicleta por el mismo motivo. Ya que la pendiente es muy pronunciada pero sobretodo por la escasa longitud de su recorrido. Y es que con apenas dos kilómetros es una ruta que podremos disfrutar sin ningún problema con niños pequeños y nuestras mascotas incluso antes de disfrutar de los fogones de uno de los restaurantes más famosos de la zona. La ruta comienza, perfectamente señalizada en el aparcamiento de Murias. Aunque podemos dejar el coche en la entrada misma del pueblo, es posible que este aparcamiento en función del día de la semana en el que nos encontramos, se encuentre algo saturado. Sobre todo días señalados o domingos. Sin embargo unos metros antes de llegar al pueblo encontraremos otro espacio para aparcar donde podremos dejar nuestro vehículo para disfrutar de esta fabulosa ruta. A continuación os dejamos el track para que podáis seguir nuestros pasos. Powered by Wikiloc Como podéis ver a la cascada de Xurbéu se llega mediante una ruta lineal que atraviesa un bosque de castaños y robles junto con la vegetación propia de ribera dada la proximidad con el Río Negro que da nombre al valle. Al poco de comenzar la ruta a unos 400 metros, encontraremos un puente que nos da paso a la única pendiente destacable de la ruta. Es una cuesta de unos 200 metros que por su grado de inclinación no la hace recomendable ni para sillas de bebé ni para personas con movilidad reducida. Además, si la hacemos en invierno, como hemos hecho nosotros, deberás llevar calzado apropiado ya que el camino es sombrío y probablemente encuentres mucho barro. Así que cuidado con los resbalones. Una vez que hemos superado esta pequeña dificultad, que suele forzar el aliento de los más sedentarios, el camino es prácticamente llano hasta la Cascada de Xurbéu. Unos metros antes, deberemos afrontar el segundo desafío de la ruta: otra rampa, esta vez a favor, que nos conducirá directamente al salto de agua. Pero no te olvides, de que esta rampa, te estará aguardando a la vuelta, y esta vez, tendrás que subirla. La cascada de Xurbéo es un salto de agua que en invierno y primavera está alimentado por las aguas del deshielo. Es en esta época cuando luce más espectacular. Con el deshielo de las últimas nieves del invierno y los primeros brotes de la primavera, unido al verdor de la vegetación. El paisaje que se muestra ante nosotros es de un espectacular abanico infinito de tonalidades verdes que abruma al visitante menos acostumbrado. Una vez en la cascada, podremos disfrutar de ella, gracias a un pequeño puente de madera que nos permitirá ver esta maravilla de frente. Aunque las mejores fotos son desde los lados ya que tendremos mejor distancia para el encuadre y la panorámica. Un secreto en la Cascada de Xurbéu Los valientes, que quieran continuar más allá del puente, se encontrarán una serpenteante senda que discurre paralela al Río Negro y que termina en un remanso del mismo donde podremos bajar a pie de río y disfrutar de un rincón lleno de magia. Esta parte de la senda está siempre llena de barro y humedad, ya que discurre muy próxima al río, así que es muy recomendable llevar calzado apropiado para evitar resbalones y sustos innecesarios. Os recomendamos alargar un poco más la ruta para llegar a este punto, ya que estará menos transitado y podréis sacar unas fotos espectaculares, sobre todo si llegáis a media mañana en primavera. En la época estival, el cauce del río será más bajo, pero tendréis más luz. Murias y la cascada de Xurbéu Sin duda la apertura al público de este enclave natural, conocido desde hace muchos años por los lugareños. Ha supuesto un pequeño revulsivo para la localidad de Murias, donde se encuentra la ruta. Sin embargo, esta localidad, al igual que su vecina, Santibanes de Murias goza de una comunidad de vecinos que periódicamente decora sus calles en distintas alternativas a lo largo del año. En la época en que escribimos este artículo, la comunidad se había volcado en la iniciativa Murias de colores la cual consistía en decorar diferentes rincones del pueblo con diferentes colores que resaltaban entre los grises y marrones del invierno. Algo muy de agradecer ya que el día que nos tocó no acompañaba demasiado. Aquí os dejamos una pequeña muestra de la iniciativa de estos vecinos. Callejeando un poco por el pueblo, nos encontramos alguna joya como el espectacular lavadero. Donde nos cuentan el secreto de las xanas, que seguramente nos observaron estupefactas mientras admirábamos boquiabiertos su Cascada de Xurbéu. Os recomendamos, una pequeña vuelta por el pueblo. A la búsqueda de estos pequeños tesoros que iréis encontrando en el camino y que alegrarán el paseo a los más jóvenes de la casa. De igual forma, también os recomendamos una pequeña visita a Santibanes de Murias, donde encontraréis un pequeño hotel con muchísimo encanto donde alojaros y podréis disfrutar de iniciativas como Santibanes de Cuentu. Un repaso por los cuentos y fábulas más conocidos, repartido en forma de figuras, pinturas y dioramas por todo el pueblo y que no deja indiferente a nadie. Tener en cuenta, que se trata de iniciativas que los
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