Una ruta bordeando el dominio asturiano en una modalidad relativamente reciente de esquí que no deja indiferente a nadie. Incluso a nuestros experimentados Nogales y Susarón. Que por primera vez se animan a probar este deporte que tantos adeptos ha ganado desde su creación a mediados de los 90. Hoy os contamos cómo ha ido nuestra ruta de splitboard por Fuentes de Invierno.
¿Splitboard?, ¿qué es eso? Esas fueron las primeras preguntas que nos vinieron a la cabeza a mi y a mi inseparable Susarón cuando uno de nuestros asiduos compañeros de montaña nos habló de esta modalidad. Y es que para regodearnos más en nuestra ignorancia, no habíamos detectado a ninguno de estos aficionados por nuestras pistas.
A nuestro favor os diré que a raíz de este artículo, decidimos ilustrarnos un poco más y aprender algo más sobre el Splitboard. Aquí os dejamos un pequeño resumen sobre lo que es el splitboard.
Nuestro guía nos advirtió de que hay que fijarse un poco en el tipo de tabla que traen estos esquiadores para diferenciarlos de los tradicionales esquiadores de fondo.
Esta, a nuestros ojos, nueva especie, calza unas tablas más anchas en cada pie, lo que les hace muy similares al común de los esquiadores de fondo. Pero con una curiosa modificación: estas tablas pueden unirse en cierto momento, transformándose en una tabla de comportamiento muy similar al de la tradicional tabla de snowboard que todos conocemos.
Y con esta información directa a nuestras cabezas. Nos lanzamos a probar lo que sería nuestro primer recorrido guiado en Splitboard por Fuentes de Invierno.
Split que? y por dónde?
Una vez que teníamos claro en qué iba a consistir en deporte que íbamos a practicar. Quedaba por esclarecer cuál sería la ruta a seguir. Dejándonos aconsejar por nuestro guía. Decidimos adoptar un recorrido circular que bordearía toda la estación de Fuentes de Invierno en su lado Norte.
Esto es ascendiendo por las pistas Abedules primero y Entresierras después para llegar a la cima de Entresierras. Una vez allí la idea era dejarse caer por los canales Orejas de Lobo hasta La Bizarrera y un poco más abajo. Subir de nuevo para unirnos al dominio de Fuentes de Invierno.
Suena complicado pero en un mapa lo veréis mucho mejor:
Un total de casi 9 kms que con un desnivel de 930 m nos tuvo entretenidos gran parte del día. Y que nos permitió conocer un poco más acerca de esta curiosa disciplina.
Sensaciones en Splitboard por Fuentes de Invierno.
La mayoría de los esquiadores ya están acostumbrados a ver trepar a contracorriente a los aficionados al esquí de fondo. Y lo cierto es que con nuestras tablas de SplitBoard pasamos bastante desapercibidos. Incluso cuando, una vez llegados a lo alto del remonte de Entresierras, en lugar de dejarnos caer, continuamos hasta el cordal que separa la estación de Fuentes de Invierno del dominio de San Isidro: el valle de Riopinos. del que hablamos en este artículo, por ser el particular disneyland de nuestro querido colaborador Toneo.
Una vez arriba en el crestón. Contemplamos como siempre la todavía ficticia unión entre las dos estaciones. Y tras el consabido deseo lanzado al aire una vez más de que pronto se convierta en una realidad. Nos lanzamos hacia el oeste unos 200 metros para embocar las canales de las Orejas de Lobo.
Una más una… Una!
Llegó para mí uno de los momentos más esperados del día: cómo juntar las dos tablas que iban bajo mis pies. El mecanismo que une las tablas de splitboard es uno de los puntos que más evoluciones ha tenido a lo largo de los años desde los primeros modelos. Junto con las fijaciones, son el punto más crítico del equipo y donde no deberías escatimar ni un céntimo. Ya que recuerda que muchas veces estarás haciendo descensos por fuera de pista y cualquier seguridad en este sentido nunca sobra.
Llegamos a este punto, nuestro modelo, unas K2 X como estas. Llevaba un sistema de unión muy sencillo y a la vez muy seguro que las une tanto en la espátula como en la cola. En cuestión de minutos. Las dos tablas que teníamos bajo nuestros pies se han convertido en una sola.
En cuanto a las fijaciones ya es harina de otro costal. Aquí se requiere cierta práctica ya que se trata de un proceso de cierta precisión que con guantes es mucho más complicado. Pero con frío en las manos es terriblemente latoso.
Aquí no nos queda más remedio que dejarnos ayudar por nuestro amigo David que nos echa un cable rápido y experimentado y convierte la experiencia en algo más sencillo. Este es quizá el punto más conflictivo en lo que a Splitboarding se refiere: personalmente el cambio de la atadura es algo laborioso y que requiere de una cierta experiencia.
Para evitar tener que echar mucho rato en la nieve montando y desmontado este artilugio. Os recomendamos hacer el proceso en casa varias veces. De esta forma os familiarizaréis con vuestro equipo e incluso sabréis qué herramientas llevar y cuáles son más prescindibles.
Un descenso en splitboard por La Bizarrera
Ya conocíamos la complejidad de las canales de las Orejas de Lobo, pero una cosa es hacerlo con tus esquís de siempre y otra hacerla con una tabla que de por sí está separada en dos mitades. Hasta aquí el punto de aventura.
El descenso en sí, requiere algo de técnica. No es una pista tradicional ni por supuesto está pisada, pero la nieve reciente, nos ayuda mucho a traccionar y con esas, el descenso se hace mucho menos dificultoso y sobre todo: muy disfrutón. Una vez pasada la parte más complicada, el descenso hasta el pequeño valle de La Bizarrera es un camino de rosas, descubrimos una vez más el paisaje de esta parte del dominio de Fuentes de Invierno que sin duda, de haberse incluido en el proyecto inicial habría aportado mucho más que kilómetros esquiables al dominio.
Continuamos la bajada sin mayores altercados, haciéndonos con el dominio de un material que parece endeble a nuestros ojos inexpertos, por lo menos los míos, pero que responde perfectamente a las exigencias del terreno.
Una vez abajo cuando nos reunimos todos de nuevo. Alguien nos desafía a continuar el descenso por la canal paralela. Pero para ello tendríamos que remontar de nuevo por la pista de Entresierras.
Como aún tenemos fuerzas y para qué engañarnos. El descenso nos ha subido la adrenalina. Aceptamos. volvemos a separar las tablas. Esta vez el mecanismo no se resiste tanto. Y cambiamos de nuevo la posición de las ataduras.
Una vez arriba, de nuevo en Entresierras. Repetimos el proceso de unir las tablas y de nuevo alinear las fijaciones. En esta ocasión, ya nos hemos familiarizado con el mecanismo y es cosa de unos pocos minutos. Aunque a mi me sigue pareciendo un poco latoso, acostumbrado como estoy a un único clic en mis ataduras de esquí alpino.
Esta vez bajamos por la canal más al oeste y el descenso es algo más vertiginoso. No hay caídos en combate, pero si tengo que advertir a nuestros lectores de que el descenso en esta parte es mucho más técnico. Hay que tener una cierta experiencia y sobre todo que los espesores acompañen. SIno es mejor conformarse con las pistas de Fuentes de Invierno.
En esta segunda bajada ya nos dejamos caer hasta el entronque con La hoya donde nos desviamos al a izquierda para aprovechar un pequeño valle que se extiende en esta zona.
De nuevo en las pistas, nos dejamos caer hasta la parte baja de la estación aprovechando la Llana ´L Fitu.
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Splitboard: una experiencia que debes probar
Como esquiador ya había probado el esquí de fondo. También he probado el snowboard. Así que la siguiente tentación tenía que ser el Splitboard. Mis sensaciones son muy similares a las que tuve cuando hice mi primer recorrido de esquí de fondo. Pero si cabe con un plus de aventura más. En parte porque no domino demasiado la técnica de Snowboard. Aunque si puedo hacer ciertos descensos no tengo un gran nivel.
Así que hacerme bajar por las cañadas de Orejas de Lobo fue todo un desafío. Sin embargo el Splitboard me parece una disciplina muy interesante precisamente por ese plus de aventura ya que como todo esquí de fondo te permite practicar descensos en áreas en las que no tiene porqué haber una estación de esquí próxima, con todos los inconvenientes y ventajas que esto conlleva.
En comparación con el esquí de fondo, el splitboard me parece mucho más intenso, mis sensaciones fueron mucho más extremas en este recorrido que en cualquiera de mis descensos en esquí de travesía. Hasta el punto de que si tuviera que quedarme con una modalidad, me quedaría sin duda con el splitboard. Eso si, para competir en igualdad de concidiciones, quizá debería probarlo en San Isidro, pero eso… será otra aventura.
Y por haber llegado hasta aquí os dejamos un mapa Strava donde podréis descargaros un recorrido muy similar al nuestro.