El próximo día 20 de Abril, domingo de resurrección, es la fecha oficial de cierre de las estaciones asturianas. Mientras San Isidro mantenía abiertas sus instalaciones contra viento y marea hasta el pasado miércoles. Fuentes de Invierno y Pajares, se veían abocadas al cierre por diferentes añadidos al margen de la escasez de nieve.
Una temporada para el olvido, esa es la frase que más se repite entre los aficionados. Lo cierto es que no les falta razón. No ha sido muy generosa la meteorología a pesar de las esperanzas que nos dio allá por Noviembre, en plena pretemporada cuando algunas nevadas tempraneras coronaron nuestros picos con las primeras luces del invierno.
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Había mucha esperanza entre los asistentes a la Feria de Nevaria en aquel momento. Una cita que con los años se ha vuelto imprescindible en la pretemporada de esquí en la zona. Y es que aunque las temperaturas no eran tampoco desproporcionadamente frías, si que desde la carpa instalada en el parque de Moreda, se podían ver los picos más próximos vestidos de blanco.
La primera desilusión: el cable de alta tensión.
Comenzábamos el invierno con la esperanza de poder relegar al olvido a los generadores de gasoil de Fuentes de Invierno. Tras demasiadas promesas, negociaciones y firmas, por fin parecía que los políticos se habían puesto de acuerdo y la tan ansiada línea de alta tensión que electrificaría Fuentes de Invierno, por fin se hacía realidad.
Además, la firma para la modificación de la normativa que regulaba el uso de la estación. Dejaba la puerta abierta a la implementación de cierta infraestructuras muy necesarias para la estación, como el sistema de innivación artificial o la instalación de aseos en la parte media. Además de su apertura durante los meses de verano.
Sin embargo, un problema burocrático retrasó el inicio de las obras y finalmente la línea de alta tensión no llegó a funcionar. El ronroneo de los motores de gasoil volvió a acompañar a los aficionados durante toda la temporada.

Esto no fue impedimento para que con gran algarabía, nuestros políticos se hicieran la foto de turno con un juguete de nueva generación. A mediados de temporada, un fabuloso cañón de nieve portátil llegó a Fuentes de Invierno, con la promesa de una versatilidad inaudita que haría ver la luz al final del túnel a una estación que, como ha demostrado la actual temporada, sin un sistema de innivación artificial, tiene los días contados.
Desgraciadamente, el cañón portátil sólo se pudo probar una vez. Pero las sensaciones fueron bastante buenas. Lo cierto es que un sistema de estas características, podría ser una muy buena solución para conservar la nieve en donde fuera más necesario, ya que se podría llevar hasta los lugares con menos espesores para potenciarlos.
Sin embargo, por increíble que parezca, este sistema, necesita agua, bajas temperaturas, precipitación previa y por supuesto: electricidad.
Mientras la vecina San Isidro conseguía hilar semanas consecutivas abierta gracias al sistema de innivación artificial. Fuentes de Invierno se vio abocada al cierre gran parte de la temporada. Incluso en los escasos episodios de precipitación que permitieron la apertura, el sector Llomba permaneció cerrado. Y es que esta temporada la estación no llegó a abrir nunca todos sus sectores.
Urgen medidas para paliar los efectos del cambio climático en Fuentes de Invierno. Podemos hacer nuestras necesidades en la parte baja de la estación, pero no podemos llegar a ella si no hay nieve. La instalación de un sistema de innivación artificial es vital para esta estación.
Pajares al borde del abismo
Llevaba al parecer la decana de la Cordillera Cantábrica, muchos años arrastrando serios problemas de gestión. Hasta el punto de que el flamante telecabina, tuvo un accidente a consecuencia de un presunto error humano, que pudo costar la vida a una trabajadora.
A pesar de disponer de un sistema de innivación artificial. La otra estación asturiana poco pudo hacer frente a la escasez de precipitación. Debido a la antigüedad de las instalaciones, más de 50 de los 78 cañones de que dispone están averiados. Lo que obligó a los operarios a prescindir de este sistema.
A los problemas de mantenimiento de unas instalaciones que ya valientemente sobrepasan la vejez, se le añadieron los problemas laborales que arrastraba la estación. Con las bajas del director y del jefe de explotación a finales de temporada, unidas a la escasez de nieve, se dio por terminada la temporada mucho antes de lo debido.

Aún así, Pajares consiguió abrir gran parte de la estación gracias a las nevadas que llegaron a finales de marzo. Aunque fue por estas fechas cuando estalló el gran conflicto laboral que unido a la pérdida de nieve, terminó por finiquitar la temporada.
Para intentar paliar esta situación, se han anunciado algunas iniciativas que esperamos, consigan fructificar. Por lo pronto ya han comenzado a desmontar el sistema de innivación artificial para repararlo.
San Isidro contra viento y marea.
La última esperanza blanca. San Isidro permaneció abierta hasta esta semana. Con cortes intermitentes, también debidos a las inclemencias meteorológicas como el viento y por supuesto la escasez de nieve. La estación leonesa se configuró esta temporada como la gran alternativa de los aficionados. Aunque hubo sectores como Riopinos, que permanecieron cerrados más tiempo que abiertos. San Isidro llegó a ofertar casi 10 kms de nieve en los días de mayor precipitación.
Sin embargo las pistas que quedaban fuera del sistema de innivación artificial, pronto veían como menguaban sus espesores. A pesar de eso, el sector de Requejines y por supuesto el de Cebolledo permanecieron abiertos. Aunque bien es cierto, que en los últimos días sólo permanecían abiertas las áreas de debutantes.

Falta en San Isidro un poco de cariño. No entendemos porqué se ha abandonado completamente el área de Salencias. Aunque en temporadas como la que hemos vivido sea completamente normal, lo cierto es que hace muchos años que no vemos esta zona abierta, incluso con grandes espesores.
También el área de Riopinos, a mi juicio la más bonita de toda la estación, necesita modernización. El telesilla que dio algunos sustos esta temporada pide una jubilación a gritos. Y el que da acceso al sector también debería modernizarse. Se agradecen mucho las nuevas áreas de parking aunque esta temporada no se hayan visto muy superadas.
Sin duda la gran afortunada esta temporada ha sido la estación de San Isidro. A pesar de que su oferta en pistas no era, como decíamos, la mejor, ya que las únicas zonas que permanecían abiertas con cierta estabilidad eran las de debutantes.
Nuestro balance total de la temporada
Mientras estaciones como Sierra Nevada tenían que cerrar por demasiada nieve, llorábamos aquí por unos copos que salvasen la temporada. Fue esquiva la precipitación este año. Y de eso no hay gestor, ni político que tenga la culpa. A falta de que se publiquen las cifras oficiales de días de apertura o balance de esquiadores. Nuestra impresión es que las instalaciones deberían pensar en un plan de futuro que incluya el aprovechamiento más allá de unos meses de invierno que cada vez son más exiguos en lo que a precipitación se refiere.
Las estaciones fueron un revulsivo económico muy importante para la zona en la que se encuentran. Revalorizaron propiedades inmobiliarias en Felechosa, Puebla de Lillo y Campomanes. Movieron la economía de zonas muy deprimidas tras la desindustrialización del carbón.
Es importante que lo sigan haciendo para configurarse como una alternativa sostenible al turismo de esquí. Puesto que todo indica que incluso con sistema de innivación artificial, las temperaturas tenderán a subir haciendo insostenible la conservación de la nieve por periodos muy prolongados de tiempo.
Por estas y muchas razones más de vital importancia promover actividades que permitan el aprovechamiento de estas instalaciones fuera de la temporada de esquí. Es momento de apostar por el futuro en lugar de lamentarse por lo que hemos perdido.