El sábado pintaba como un día ideal para el esquí en Valgrande-Pajares: sol, nieve (aunque escasa) y temperaturas óptimas. Sin embargo, lo que prometía ser una jornada perfecta se vio empañado por un problema recurrente en la estación: la demora en la apertura de los remontes.
A las 9.00 horas, cuando estaba previsto que los tornos comenzaran a funcionar, los esquiadores que habían llegado temprano se encontraron con que las cabinas seguían inmóviles y los accesos permanecían cerrados. La frustración se transformó rápidamente en protestas espontáneas frente a la telecabina de Cuitu Negru, con gritos y silbidos denunciando la situación.
Desde hace varias temporadas, la gestión de los remontes ha sido objeto de críticas, y este nuevo retraso ha reavivado el malestar de los usuarios. La dirección del complejo atribuyó la demora a problemas técnicos con los sistemas eléctricos, pero muchos esquiadores rechazaron esta justificación, especialmente con el buen clima reinante.
Las redes sociales se hicieron eco del descontento, con numerosos mensajes denunciando la situación y con hashtags sobre los retrasos en Pajares siendo tendencia en Asturias durante el fin de semana. Algunos usuarios, sin embargo, no apuntaron directamente a la dirección de la estación, sino al jefe de explotación, cuya gestión ha sido cuestionada en los últimos días, incluso en el ámbito político.
El problema no es nuevo, y la paciencia de los esquiadores parece estar agotándose. «Es inadmisible que esto ocurra cada año», comentaba un usuario indignado en Twitter.